Y Dios dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años.
Tú irás a tus padres en paz; y serás sepultado en buena vejez.
Y en la cuarta generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la iniquidad de los amorreos.
Y aconteció que cuando el sol ya se habÃa puesto, hubo densas tinieblas, y he aquÃ, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades de los animales .
En aquel dÃa el Señor hizo un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia he dado esta tierra, desde el rÃo de Egipto hasta el rÃo grande, el rÃo Eufrates:
los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos,
los hititas, los ferezeos, los refaÃtas,
los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.