Durante cuarenta dÃas el filisteo vino mañana y tarde, presentándose en desafÃo.
Y dijo Isaà a su hijo David: Lleva ahora a tus hermanos un efa de grano tostado y estos diez panes, y corre al campamento a donde están tus hermanos.
Entonces David dejó su carga al cuidado del que guardaba el bagaje y corrió a la lÃnea de combate y entró a saludar a sus hermanos.
Mientras hablaba con ellos, he aquÃ, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó.
Tu siervo ha matado tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.
Y David añadió: El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el Señor sea contigo.
Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un yelmo de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura.
David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las habÃa probado antes. Entonces David dijo a Saúl: No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con ellas. David se las quitó,
y tomando su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traÃa, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo.
y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y El os entregará en nuestras manos.
Asà venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no habÃa espada en la mano de David.
Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.
Y levantándose los hombres de Israel y de Judá, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta el valle y hasta las puertas de Ecrón. Los filisteos muertos yacÃan a lo largo del camino a Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón.
Regresaron los hijos de Israel de perseguir a los filisteos y saquearon sus campamentos.