Y vi a otro ángel que subÃa de donde sale el sol y que tenÃa el sello del Dios vivo; y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les habÃa concedido hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: No hagáis daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios.
Y oà el número de los que fueron sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel;
Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,
Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven dÃa y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.
Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno,
pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.