Este es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el EspÃritu es el que da testimonio, porque el EspÃritu es la verdad.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el EspÃritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra:
el EspÃritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan.
Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sà mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creÃdo en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo.
Toda injusticia es pecado, y hay pecado que no lleva a la muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.
Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno.
Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.