CuÃdate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas,
sino en el lugar que el Señor escoja en una de tus tribus, allà ofrecerás tus holocaustos, y allà harás todo lo que yo te mando.
Sin embargo, podrás matar y comer carne dentro de todas tus puertas, conforme a tu deseo, según la bendición que el Señor tu Dios te ha dado; el inmundo y el limpio podrán comerla, como si fuera de gacela o de ciervo.
sino que lo comerás en presencia del Señor tu Dios en el lugar que el Señor tu Dios escoja, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive dentro de tus puertas; y te alegrarás en presencia del Señor tu Dios de toda la obra de tus manos.
CuÃdate de no desamparar al levita mientras vivas en tu tierra.
Si el lugar que el Señor tu Dios escoge para poner su nombre está muy lejos de ti, entonces podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que el Señor te ha dado, como te he ordenado, y podrás comer dentro de tus ciudades todo lo que desees.
Tal como se come la gacela y el ciervo, asà la podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer de ella.
Sólo cuÃdate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la carne.
No la comerás; la derramarás como agua sobre la tierra.
Solamente las cosas sagradas que tengas y tus ofrendas votivas, las tomarás e irás al lugar que el Señor escoja.
Y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar del Señor tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar del Señor tu Dios, y podrás comer la carne.
No procederás asà para con el Señor tu Dios, porque toda acción abominable que el Señor odia ellos la han hecho en honor de sus dioses; porque aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego en honor a sus dioses.
Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.