Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo: A la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que están en toda Acaya:
Gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.
De hecho, dentro de nosotros mismos ya tenÃamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que El aún nos ha de librar,
Pero como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es sà y no.
Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre vosotros por nosotros (por mà y Silvano y Timoteo) no fue sà y no, sino que ha sido sà en El.