Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los Ãdolos, sabemos que un Ãdolo no es nada en el mundo, y que no hay sino un solo Dios.
Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores,
sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para El; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio del cual existimos nosotros.