Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo.
Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja,
la obra de cada uno se hará evidente; porque el dÃa la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno.
Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa.