Y mientras El iba avanzando, tendÃan sus mantos por el camino.
Cuando ya se acercaba, junto a la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discÃpulos, regocijándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habÃan visto,
diciendo: ¡Benditoel Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discÃpulos.