Y os dirán: "¡Mirad allÃ! ¡Mirad aquÃ!" No vayáis, ni corráis tras ellos .
Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, asà será el Hijo del Hombre en su dÃa.
Pero primero es necesario que El padezca mucho y sea rechazado por esta generación.