Palabra del Señor que vino a Oseas, hijo de Beeri, en dÃas de UzÃas, Jotam, Acaz y EzequÃas, reyes de Judá, y en dÃas de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.
Cuando por primera vez el Señor habló por medio de Oseas, el Señor le dijo: Anda, toma para ti a una mujer ramera y engendra hijos de prostitución; porque la tierra se prostituye gravemente, abandonando al Señor.
Fue, pues, y tomó a Gomer, hija de Diblaim; y ella concibió y le dio a luz un hijo.
Y el Señor dijo: Ponle por nombre Lo-ammÃ, porque vosotros no sois mi pueblo y yo no soy vuestro Dios.
Pero el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y sucederá que en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se les dirá: Sois hijos del Dios viviente.
Y los hijos de Judá y los hijos de Israel se reunirán, y nombrarán para sà un solo jefe, y subirán de la tierra, porque grande será el dÃa de Jezreel.