Hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel.
Y dirás: "Asà dice el Señor Dios: 'Una gran águila de grandes alas, largos piñones y espeso plumaje de muchos colores, vino al LÃbano y se llevó la cima del cedro;
arrancó el más alto de sus renuevos, lo llevó a una tierra de mercaderes y lo puso en una ciudad de comerciantes.
'Brotó y se hizo una vid muy extendida, de poca altura, con sus sarmientos vueltos hacia el águila, pero sus raÃces quedaron debajo de ella. Asà se hizo una vid, echó pámpanos y se hizo frondosa.
'Pero habÃa otra gran águila de grandes alas y abundante plumaje, y he aquÃ, esta vid dobló sus raÃces hacia ella, y hacia ella extendió sus sarmientos desde los surcos donde estaba plantada para que la regara.
Di: "Asà dice el Señor Dios: '¿Prosperará? ¿No arrancará sus raÃces y cortará su fruto para que se seque y se sequen todas sus hojas tiernas? Y no hará falta gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raÃces.
'He aquÃ, está plantada, ¿prosperará? Cuando el viento solano la azote, ¿no se secará totalmente? En los surcos donde creció se secará.'"
"Vivo yo"--declara el Señor Dios-- "que ciertamente en la tierra del rey que lo puso en el trono, cuyo juramento despreció y cuyo pacto rompió, allÃ, en medio de Babilonia, morirá.