Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
'En cuanto a tu nacimiento, el dÃa que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales.
'Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto, porque fuiste aborrecida el dÃa en que naciste.
'Te hice tan numerosa como la hierba del campo. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura; se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta.
'Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza.
'Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordada. ComÃas flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realeza.
'Entonces tu fama se divulgó entre las naciones por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que yo puse en ti'--declara el Señor Dios.
'Pero tú confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tus prostituciones a todo el que pasaba, fuera quien fuera.
'Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá.
'Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habÃas dado a luz para mÃ, y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones,
'Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los dÃas de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.
te edificaste un santuario y te hiciste un lugar alto en todas las plazas.
'En toda cabecera de camino te edificaste tu lugar alto, y abominable hiciste tu hermosura; y te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución.
Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al desdeñar la paga, no eras como la ramera.
¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños!
A todas las rameras les dan regalos, pero tú dabas regalos a todos tus amantes y los sobornabas para que vinieran a ti de todas partes para tus prostituciones.
En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.
Por tanto, ramera, oye la palabra del Señor.
Asà dice el Señor Dios: Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables Ãdolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofreciste,
He aquÃ, todo aquel que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de ti, diciendo: "De tal madre, tal hija."
Eres hija de tu madre que aborreció a su marido y a sus hijos, y hermana de tus hermanas que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre era hitita y vuestro padre amorreo.
Tu hermana mayor es Samaria que con sus hijas habita al norte de ti, y tu hermana menor es Sodoma que habita al sur de ti con sus hijas.
Pero no sólo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominaciones, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminos.
He aquÃ, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado,
y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de mÃ. Y cuando lo vi las hice desaparecer.
Ni aun Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido.
El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el dÃa de tu soberbia,
antes que fuera descubierta tu maldad. Como ella has venido a ser tú el oprobio de las hijas de Edom y de todas sus vecinas y de las hijas de los filisteos que te desprecian por todos lados.
Llevas sobre ti el castigo de tu lascivia y de tus abominaciones--declara el Señor.
para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando yo te haya perdonado por todo lo que has hecho--declara el Señor Dios.