Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Entonces el EspÃritu me levantó y me llevó a la puerta oriental de la casa del Señor que mira al oriente. Y he aquÃ, a la entrada de la puerta habÃa veinticinco hombres, y entre ellos vi a JaazanÃas, hijo de Azur, y a PelatÃas, hijo de BenaÃa, jefes del pueblo.
Y El me dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan iniquidad y dan malos consejos en esta ciudad,
los cuales dicen: "¿No está cerca el tiempo de edificar casas? Esta ciudad es la olla y nosotros la carne."
Por tanto, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.
Por tanto, di: "Asà dice el Señor Dios: 'Aunque yo los habÃa echado lejos entre las naciones, y aunque yo los habÃa dispersado por las tierras, sin embargo fui para ellos un santuario por poco tiempo en las tierras adonde habÃan ido.'"
Entonces los querubines alzaron sus alas con las ruedas a su lado, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
La gloria del Señor se elevó de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
Y el EspÃritu me levantó y me llevó a Caldea, a los desterrados, en visión por el EspÃritu de Dios. Y se alejó de mà la visión que habÃa visto.