Palabra que vino a JeremÃas de parte del Señor, diciendo:
Párate a la puerta de la casa del Señor y proclama allà esta palabra, y di: "OÃd la palabra del Señor, todos los de Judá, los que entráis por estas puertas para adorar al Señor."
¿Se ha convertido esta casa, que es llamada por mi nombre, en cueva de ladrones delante de vuestros ojos? He aquÃ, yo mismo lo he visto--declara el Señor.
Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, las mujeres preparan la masa para hacer tortas a la reina del cielo, y derraman libaciones a otros dioses para ofenderme.
¿Me ofenden a m�--declara el Señor-- ¿No es a sà mismos que se ofenden para su propia vergüenza?
Por tanto, asà dice el Señor Dios: He aquÃ, mi ira y mi furor serán derramados sobre este lugar, sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre el fruto de la tierra; arderá y no se apagará.
Mas ellos no escucharon ni inclinaron su oÃdo, sino que anduvieron en sus propias deliberaciones y en la terquedad de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante.
Desde el dÃa que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy, os he enviado a todos mis siervos los profetas, madrugando cada dÃa y enviándolos .
Pero no me escucharon ni inclinaron su oÃdo, sino que endurecieron su cerviz e hicieron peor que sus padres.
Les dirás, pues, todas estas palabras, mas no te escucharán; los llamarás, y no te responderán.
Entonces les dirás: "Esta es la nación que no escuchó la voz del Señor su Dios, ni aceptó corrección; ha perecido la verdad, ha sido cortada de su boca.
"Córtate el cabello y tÃralo, y entona una endecha en las alturas desoladas; porque el Señor ha desechado y abandonado a la generación objeto de su furor."
Porque los hijos de Judá han hecho lo que es malo ante mis ojos--declara el Señor--, han puesto sus abominaciones en la casa que es llamada por mi nombre, profanándola.
Por tanto, he aquà vienen dÃas--declara el Señor-- cuando no se dirá más Tofet, ni valle de Ben-hinom, sino el valle de la Matanza; porque enterrarán en Tofet por no haber otro lugar.
Y los cadáveres de este pueblo servirán de comida para las aves del cielo y para las bestias de la tierra, sin que nadie las espante.