¡Ay de los hijos rebeldes--declara el Señor-- que ejecutan planes, pero no los mÃos, y hacen alianza, pero no según mi EspÃritu, para añadir pecado sobre pecado!
Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse al amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto.
El amparo de Faraón será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto, vuestra humillación.
Porque sus prÃncipes están en Zoán, y sus embajadores llegan a Hanes.
ProfecÃa sobre las bestias del Neguev. Por tierra de tribulación y angustia, de donde vienen la leona y el león, la vÃbora y la serpiente voladora, llevan sus riquezas sobre lomos de pollinos y sus tesoros sobre gibas de camellos, a un pueblo que no les traerá provecho,
a Egipto, cuya ayuda es vana y vacÃa. Por tanto lo he llamado Rahab el destruido.
Ahora ve, escrÃbelo en una tablilla delante de ellos y grábalo en un rollo, para que sirva en el dÃa postrero como testigo para siempre.
Porque este es un pueblo rebelde, hijos falsos, hijos que no quieren escuchar la instrucción del Señor;
por eso esta iniquidad será para vosotros como muro agrietado a punto de caer, como abultamiento en una pared alta, cuya caÃda viene de repente, en un instante.
Su caÃda es como el romper de una vasija de alfarero, despedazada sin piedad; no se halla entre sus pedazos ni un tiesto para tomar fuego del hogar o para sacar agua de una cisterna.
Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán bienaventurados son todos los que en El esperan!
Y profanarás tus imágenes talladas recubiertas de plata, y tus imágenes fundidas revestidas de oro. Las esparcirás como cosa inmunda, y les dirás: ¡Fuera de aquÃ!
Entonces El dará lluvia para la semilla que sembrarás en la tierra, y pan del producto de la tierra, y será rico y abundante. En aquel dÃa tus ganados serán apacentados en espaciosos pastizales.
Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes el dÃa de la gran matanza, cuando caigan las torres.
Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete dÃas, el dÃa que el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y cure la llaga que El ha causado.
He aquÃ, el nombre del Señor viene de lejos ardiente es su ira, y denso es su humo. Sus labios están llenos de indignación, su lengua es como fuego consumidor,
y su aliento como un torrente desbordado que llega hasta el cuello, para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción, y poner la brida que conduce a la ruina en las mandÃbulas de los pueblos.
Y el Señor hará oÃr la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furia de ira y llama de fuego consumidor, con turbión, aguacero y piedra de granizo.
Porque a la voz del Señor, Asiria se aterrará cuando El hiera con la vara.
Y cada golpe de la vara de castigo que el Señor descargue sobre ella, será al son de panderos y liras; y en batallas, blandiendo armas, El peleará contra ellos.
Porque Tofet está preparado desde hace tiempo, ciertamente, ha sido dispuesto para el rey. El lo ha hecho profundo y ancho, una pira de fuego con abundante leña; el soplo del Señor, como torrente de azufre, lo enciende.