No te des prisa en hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras.
Porque los sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras.
Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque El no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo.
Es mejor que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas.
Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.
Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre otro oficial, y hay oficiales superiores sobre ellos.
Con todo, es de beneficio para el paÃs, que el rey mantenga cultivado el campo.