Y dile: "El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: 'Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto. Mas he aquÃ, hasta ahora no has escuchado.'
Y los peces que habÃa en el Nilo murieron y el rÃo se corrompió, de manera que los egipcios no podÃan beber agua del Nilo. Y habÃa sangre por toda la tierra de Egipto.
Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor habÃa dicho.
Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto.
Y todos los egipcios cavaron en los alrededores del Nilo en busca de agua para beber, porque no podÃan beber de las aguas del Nilo.