No te harás Ãdolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
No los adorarás ni los servirás; porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,
y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano, porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus dÃas sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No hurtarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
Y todo el pueblo percibÃa los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba; y cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia.