Y pondrás lÃmites alrededor para el pueblo, y dirás: "Guardaos de subir al monte o tocar su lÃmite; cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá.
"Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá." Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte.
Y aconteció que al tercer dÃa, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un fuerte sonido de trompeta; y tembló todo el pueblo que estaba en el campamento.
Entonces el Señor le dijo: Ve, desciende, y vuelve a subir, tú y Aarón contigo; pero que los sacerdotes y el pueblo no traspasen los lÃmites para subir al Señor, no sea que El irrumpa contra ellos.