Despierta y levántate para mi defensa y para mi causa, Dios mÃo y Señor mÃo.
Júzgame conforme a tu justicia, oh Señor, Dios mÃo; que no se rÃan de mÃ.
Que no digan en su corazón: ¡Ajá, lo que querÃamos! Que no digan: ¡Lo hemos devorado!
Sean avergonzados y humillados a una los que se alegran de mi mal; cúbranse de vergüenza y deshonra los que se engrandecen contra mÃ.
Canten de júbilo y regocÃjense los que favorecen mi vindicación; y digan continuamente: Engrandecido sea el Señor, que se deleita en la paz de su siervo.
Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el dÃa.