En el mes primero, que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero, se echó el Pur, es decir la suerte, delante de Amán para cada dÃa y cada mes hasta el mes doce, que es el mes de Adar.
Y Amán dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino; sus leyes son diferentes de las de todos los demás pueblos, y no guardan las leyes del rey, asà que no conviene al rey dejarlos vivos .
Entonces fueron llamados los escribas del rey el dÃa trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán habÃa ordenado, fue escrito a los sátrapas del rey, a los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los prÃncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey.
Y se enviaron cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey para destruir, matar y exterminar a todos los judÃos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un solo dÃa, el dÃa trece del mes doce, que es el mes de Adar, y sus posesiones dadas al saqueo.
La copia del edicto que serÃa promulgada ley en cada provincia fue publicada a todos los pueblos para que estuvieran preparados para ese dÃa.
Salieron los correos apremiados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en la fortaleza de Susa, y mientras el rey y Amán se sentaron a beber, la ciudad de Susa estaba consternada.