Y conforme a la mano bondadosa de nuestro Dios sobre nosotros, nos trajeron a un hombre de entendimiento de los hijos de Mahli, hijo de LevÃ, hijo de Israel, es decir, a SerebÃas, con sus hijos y hermanos, dieciocho hombres;
y a HasabÃas y a JesaÃas de los hijos de Merari, con sus hermanos y sus hijos, veinte hombres;
y de los sirvientes del templo, a quienes David y los prÃncipes habÃan puesto para el servicio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos ellos designados por sus nombres.
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropas y hombres de a caballo para protegernos del enemigo en el camino, pues habÃamos dicho al rey: La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que le buscan, mas su poder y su ira contra todos los que le abandonan.
Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios acerca de esto, y El escuchó nuestra súplica.
Y les dije: Vosotros estáis consagrados al Señor, y los utensilios son sagrados; y la plata y el oro son ofrenda voluntaria al Señor, Dios de vuestros padres.
Todo fue contado y pesado, y todo el peso fue anotado en aquel tiempo.
Los desterrados que habÃan venido de la cautividad ofrecieron holocaustos al Dios de Israel: doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabrÃos como ofrenda por el pecado; todo como holocausto al Señor.