Ahora el Señor ha cumplido la palabra que habÃa dicho; pues yo me he levantado en lugar de mi padre David y me he sentado en el trono de Israel, como el Señor prometió, y he edificado la casa al nombre del Señor, Dios de Israel.
Y he puesto allà el arca, en la cual está el pacto que el Señor hizo con los hijos de Israel.
Entonces Salomón se puso delante del altar del Señor en presencia de toda la asamblea de Israel y extendió las manos.
dijo: Oh Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú ni en el cielo ni en la tierra, que guardas el pacto y muestras misericordia a tus siervos que andan delante de ti con todo su corazón;
que has cumplido con tu siervo David mi padre lo que le prometiste; ciertamente has hablado con tu boca y lo has cumplido con tu mano, como sucede hoy.
Ahora pues, oh Señor, Dios de Israel, que se cumpla la palabra que hablaste a tu siervo David.
Pero, ¿morará verdaderamente Dios con los hombres en la tierra? He aquÃ, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.
No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh Señor Dios mÃo, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace delante de ti.
Y escucha las súplicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha tú desde el lugar de tu morada, desde los cielos; escucha y perdona.
Si alguno peca contra su prójimo, y se le exige juramento, y viene y jura delante de tu altar en esta casa,
escucha tú desde los cielos y obra y juzga a tus siervos, castigando al impÃo, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia.
Y si tu pueblo Israel es derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y se vuelven a ti y confiesan tu nombre, y oran y hacen súplica delante de ti en esta casa,
escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que diste a ellos y a sus padres.
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón o añublo, langosta o saltamontes, si sus enemigos los sitian en la tierra de sus ciudades, cualquier plaga o cualquier enfermedad que haya ,
toda oración o toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo tu pueblo Israel, conociendo cada cual su aflicción y su dolor, y extendiendo sus manos hacia esta casa,
escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres),
para que te teman y anden en tus caminos todos los dÃas que vivan sobre la faz de la tierra que diste a nuestros padres.
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, para que te teman, como te teme tu pueblo Israel, y para que sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado.
Cuando salga tu pueblo a la batalla contra sus enemigos, por cualquier camino que los envÃes, y oren a ti vueltos hacia esta ciudad que has escogido, y hacia la casa que he edificado a tu nombre,
escucha desde los cielos su oración y su súplica, y hazles justicia.
si recapacitan en la tierra adonde hayan sido llevados cautivos, y se arrepienten y te suplican en la tierra de su cautiverio, diciendo: "Hemos pecado, hemos cometido iniquidad y hemos obrado perversamente";
si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautiverio adonde hayan sido llevados cautivos, y oran vueltos hacia la tierra que diste a sus padres, hacia la ciudad que has escogido y hacia la casa que he edificado a tu nombre,
escucha tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y sus súplicas, hazles justicia y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.
Ahora pues, levántate, oh Señor Dios, hacia tu reposo, tú y el arca de tu poder; que tus sacerdotes, oh Señor Dios, se revistan de salvación y tus santos se regocijen en lo que es bueno.