Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración de Oseas, quien habÃa enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no habÃa pagado tributo al rey de Asiria como habÃa hecho año tras año; por tanto el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.
Entonces el rey de Asiria invadió todo el paÃs y subió a Samaria, y le puso sitio por tres años.
En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y se llevó a Israel al destierro en Asiria, y los puso en Halah y en Habor, rÃo de Gozán, y en las ciudades de los medos.
Esto sucedió porque los hijos de Israel habÃan pecado contra el Señor su Dios, que los habÃa sacado de la tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón, rey de Egipto, y habÃan reverenciado a otros dioses;
y anduvieron en las costumbres de las naciones que el Señor habÃa arrojado de delante de los hijos de Israel, y en las costumbres de los reyes de Israel que ellos habÃan introducido.
Y los hijos de Israel secretamente hicieron cosas que no eran rectas contra el Señor su Dios. Además se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas.
Se erigieron pilares sagrados y Aseras sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso,
y quemaron incienso allà en todos los lugares altos, como las naciones que el Señor se habÃa llevado al destierro de delante de ellos; e hicieron cosas malas provocando al Señor.
Sin embargo, ellos no escucharon, sino que endurecieron su cerviz como sus padres, que no creyeron en el Señor su Dios.
Desecharon sus estatutos y el pacto que El habÃa hecho con sus padres, y sus advertencias con las cuales los habÃa amonestado. Y siguieron la vanidad y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que los rodeaban, respecto de las cuales el Señor les habÃa ordenado que no hicieran como ellas.
Hicieron pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, provocándole.
Y el Señor se airó en gran manera contra Israel y los quitó de su presencia; no quedó sino sólo la tribu de Judá.
Tampoco Judá guardó los mandamientos del Señor su Dios, sino que anduvieron en las costumbres que Israel habÃa introducido.
Y el Señor desechó a toda la descendencia de Israel, y los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia.
Cuando El arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al Señor, y les hizo cometer un gran pecado.
Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que habÃa cometido Jeroboam; no se apartaron de ellos,
hasta que el Señor quitó a Israel de su presencia, como El habÃa hablado por medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su propia tierra al destierro, a Asiria, hasta hoy.
Y el rey de Asiria trajo hombres de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades.
Y aconteció que como al principio de habitar ellos allÃ, no temieron al Señor, el Señor envió leones entre ellos que mataron a muchos de ellos.
Y vino uno de los sacerdotes que habÃan llevado al destierro desde Samaria, y habitó en Betel, y les enseñó cómo habÃan de temer al Señor.
Pero cada nación continuó haciendo sus propios dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que los samaritanos habÃan hecho, cada nación en las ciudades en que habitaban.
Y los hombres de Babilonia hicieron a Sucot-benot; los hombres de Cuta hicieron a Nergal; los hombres de Hamat hicieron a Asima;
y los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego como ofrenda a Adramelec y Anamelec, dioses de Sefarvaim.
TemÃan al Señor y servÃan a sus dioses conforme a la costumbre de las naciones de donde habÃan sido llevados al destierro.
Hasta el dÃa de hoy siguen haciendo conforme a sus antiguas costumbres. No temen al Señor, ni siguen sus estatutos ni sus ordenanzas ni la ley ni el mandamiento que el Señor habÃa ordenado a los hijos de Jacob, a quien puso el nombre de Israel,