Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Respondió Josafat al rey de Israel: Yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.
Josafat dijo además al rey de Israel: Te ruego que consultes primero la palabra del Señor.
Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Debo ir a pelear contra Ramot de Galaad o debo desistir? Y ellos respondieron: Sube porque el Señor la entregará en manos del rey.
Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquà algún profeta del Señor, para que le consultemos?
Y el rey de Israel dijo a Josafat: TodavÃa queda un hombre por medio de quien podemos consultar al Señor, pero lo aborrezco, porque no profetiza lo bueno en cuanto a mÃ, sino lo malo. Es MicaÃas, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey asÃ.
Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a MicaÃas, hijo de Imla.
El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus mantos, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos.
Y el mensajero que fue a llamar a MicaÃas le habló, diciendo: He aquÃ, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente.
Y ahora, he aquà que el Señor ha puesto un espÃritu de mentira en boca de todos estos tus profetas; pues el Señor ha decretado el mal contra ti.
Entonces se acercó SedequÃas, hijo de Quenaana, y golpeó a MicaÃas en la mejilla y dijo: ¿Cómo es que el EspÃritu del Señor pasó de mà para hablarte a ti?
Respondió MicaÃas: He aquÃ, tú lo verás aquel dÃa en que entres en un aposento interior para esconderte.
Pero la batalla arreció aquel dÃa, y el rey fue sostenido en su carro frente a los arameos y al atardecer murió; la sangre de la herida corrÃa hasta el fondo del carro.
Murió, pues, el rey y fue llevado a Samaria, y sepultaron al rey en Samaria.
Lavaron el carro junto al estanque de Samaria y los perros lamieron su sangre (y allà se bañaban las rameras), conforme a la palabra que el Señor habÃa hablado.
Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil que edificó y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
Durmió, pues, Acab con sus padres; y su hijo OcozÃas reinó en su lugar.
Y Josafat, hijo de Asa, comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel.
Los demás hechos de Josafat, el poderÃo que mostró y cómo guerreó, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
Y echó fuera de la tierra al resto de los sodomitas que habÃan quedado en los dÃas de su padre Asa.
No habÃa entonces ningún rey en Edom; habÃa gobernador en lugar de rey.
Josafat se construyó naves de Tarsis para ir a Ofir por oro, pero no fueron porque las naves se rompieron en Ezión-geber.
Y OcozÃas, hijo de Acab, dijo a Josafat: Permite que mis siervos vayan con tus siervos en las naves. Pero Josafat no quiso.
Y Josafat durmió con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David; y su hijo Joram reinó en su lugar.
OcozÃas, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria en el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años sobre Israel.
E hizo lo malo ante los ojos del Señor, y anduvo en el camino de su padre, en el camino de su madre y en el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel.
Sirvió, pues, a Baal y lo adoró, y provocó a ira al Señor, Dios de Israel, conforme a todo lo que habÃa hecho su padre.