para que el Señor cumpla la promesa que me hizo, diciendo: "Si tus hijos guardan su camino, andando delante de mà con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, no te faltará hombre sobre el trono de Israel."
Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: Asà me haga Dios y aun más, si AdonÃas no ha hablado esta palabra contra su propia vida.
Ahora pues, vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una casa como habÃa prometido, que AdonÃas morirá hoy mismo.
Asà Salomón privó a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor habÃa hablado acerca de la casa de Elà en Silo.
Cuando las noticias llegaron a Joab (porque Joab habÃa seguido a AdonÃas, aunque no habÃa seguido a Absalón), Joab huyó a la tienda del Señor y se asió de los cuernos del altar.
Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; pero para David y su descendencia, para su casa y su trono, haya paz de parte del Señor para siempre.
Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: ¿No te hice jurar por el Señor y te advertà seriamente, diciendo: "El dÃa que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás"? Y tú me dijiste: "La palabra que he oÃdo es buena."
Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David, que tú reconoces en tu corazón; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza.
Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante del Señor para siempre.