Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
Y ElÃas fue a mostrarse a Acab. Y el hambre era intensa en Samaria.
Y Acab llamó a AbdÃas que era mayordomo de la casa. (Y AbdÃas temÃa en gran manera al Señor;
pues sucedió que cuando Jezabel destruyó a los profetas del Señor, AbdÃas tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.)
Entonces Acab dijo a AbdÃas: Ve por la tierra a todas las fuentes de agua y a todos los valles; quizá hallaremos hierba y conservaremos con vida los caballos y los mulos, y no tendremos que matar parte del ganado.
Y dividieron la tierra entre ellos para recorrerla; Acab se fue solo por un camino, y AbdÃas se fue solo por otro.
Y estando AbdÃas en el camino, he aquÃ, ElÃas le salió al encuentro, y AbdÃas lo reconoció y cayó sobre su rostro, y dijo: ¿Eres tú ElÃas, mi señor?
Vive el Señor tu Dios, que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte; y cuando decÃan: "No está aquÃ^, hacÃa jurar al reino o a la nación que no te habÃan hallado.
Y ahora dices: "Ve, di a tu señor: 'Aquà está ElÃas.'"
Ahora pues, envÃa a reunir conmigo a todo Israel en el monte Carmelo, junto con cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas de la Asera que comen a la mesa de Jezabel.
Acab envió mensaje a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
Y ElÃas dijo a los profetas de Baal: Escoged un novillo para vosotros y preparadlo primero, pues sois los más, e invocad el nombre de vuestro dios, pero no le pongáis fuego.
Entonces tomaron el novillo que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodÃa, diciendo: Oh Baal, respóndenos. Pero no hubo voz ni nadie respondió. Y danzaban alrededor del altar que habÃan hecho.
ElÃas tomó doce piedras conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien habÃa venido la palabra del Señor, diciendo: Israel será tu nombre.
Y con las piedras edificó un altar en el nombre del Señor, e hizo una zanja alrededor del altar, suficientemente grande para contener dos medidas de semilla.
Y sucedió que a la hora de ofrecerse el sacrificio de la tarde , el profeta ElÃas se acercó y dijo: Oh Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel, que yo soy tu siervo y que he hecho todas estas cosas por palabra tuya.
Respóndeme, oh Señor, respóndeme, para que este pueblo sepa que tú, oh Señor, eres Dios, y que has hecho volver sus corazones.
Entonces cayó el fuego del Señor, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja.
Cuando todo el pueblo lo vio, se postraron sobre su rostro y dijeron: El Señor, El es Dios; el Señor, El es Dios.
Entonces ElÃas les dijo: Prended a los profetas de Baal, que no se escape ninguno de ellos. Los prendieron, y ElÃas los hizo bajar al torrente Cisón y allà los degolló.
Y ElÃas dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque se oye el estruendo de mucha lluvia.
Acab subió a comer y a beber, pero ElÃas subió a la cumbre del Carmelo; y allà se agachó en tierra y puso su rostro entre las rodillas.