Y llamó el rey a los gabaonitas y les habló. (Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, y los hijos de Israel habÃan hecho un pacto con ellos, pero Saúl habÃa procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.)
Pero el rey perdonó a Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del pacto del Señor que habÃa entre ellos, entre David y Jonatán, hijo de Saúl.
El rey tomó a los dos hijos de Rizpa, hija de Aja, Armoni y Mefiboset, que ella habÃa dado a Saúl, y a los cinco hijos de Merab, hija de Saúl, que ella habÃa dado a Adriel, hijo de Barzilai meholatita,
y los entregó en manos de los gabaonitas, que los ahorcaron en el monte delante del Señor, de modo que los siete cayeron a la vez; les dieron muerte en los primeros dÃas de la cosecha, al comienzo de la cosecha de la cebada.
Y Rizpa, hija de Aja, tomó tela de cilicio y lo tendió para sà sobre la roca, desde el comienzo de la cosecha hasta que llovió del cielo sobre ellos; y no permitió que las aves del cielo se posaran sobre ellos de dÃa ni las fieras del campo de noche.
Cuando le fue contado a David lo que Rizpa, hija de Aja, concubina de Saúl, habÃa hecho,
David fue y recogió los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo en posesión de los hombres de Jabes de Galaad, quienes los habÃan robado de la plaza de Bet-sán, donde los filisteos los habÃan colgado el dÃa que los filisteos mataron a Saúl en Gilboa,
y trajo de allà los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán, y recogieron los huesos de los ahorcados.
Hubo de nuevo guerra de los filisteos contra Israel. Descendió David con sus siervos, y mientras peleaban contra los filisteos, David se cansó.
Entonces Isbi-benob, que era de los descendientes del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David;
pero Abisai, hijo de Sarvia, vino en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más saldrás a la batalla con nosotros, para que no apagues la lámpara de Israel.