Y Amnón estaba tan atormentado a causa de su hermana Tamar que se enfermó, porque ella era virgen, y le parecÃa difÃcil a Amnón hacerle cosa alguna.
Pero Amnón tenÃa un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era un hombre muy astuto.
Amnón se acostó y se fingió enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga dos tortas delante de mà para que yo coma de su mano.
Y David envió mensaje a Tamar, a su casa, diciendo: Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida.
Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y Tamar tomó las tortas que habÃa hecho y las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
Entonces Amnón la aborreció con un odio muy grande; porque el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la habÃa amado. Y Amnón le dijo: Levántate, vete.
Llamó, pues, a su criado que le servÃa y le dijo: Echa a esta mujer fuera de aquÃ, y cierra la puerta tras ella.
(Llevaba ella un vestido de manga larga, porque asà se vestÃan con túnicas las hijas vÃrgenes del rey.) Su criado la echó fuera, y cerró la puerta tras ella.
Entonces Tamar se puso ceniza sobre la cabeza, rasgó el vestido de manga larga que llevaba puesto, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza.
Su hermano Absalón le dijo: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Guarda silencio ahora, hermana mÃa; tu hermano es; no se angustie tu corazón por este asunto. Tamar, pues, se quedó desconsolada en casa de su hermano Absalón.
Cuando el rey David se enteró de todas estas cosas, se enojó mucho.
Pero Absalón no le habló a Amnón ni bien ni mal; pues Absalón odiaba a Amnón, porque habÃa violado a su hermana Tamar.
Y los siervos de Absalón hicieron a Amnón tal como Absalón les habÃa mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, y montándose cada uno en su mulo, huyeron.
Estando aún ellos en el camino, llegó a David el rumor que decÃa: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey, y no ha quedado ni uno de ellos.
Entonces el rey se levantó, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; y todos sus siervos estaban a su lado con los vestidos rasgados.
Y Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, dijo: No crea mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes, hijos del rey, pues sólo ha muerto Amnón; porque esto habÃa sido determinado por decisión de Absalón desde el dÃa en que Amnón violó a su hermana Tamar.
Ahora pues, no tome en serio mi señor el rey el rumor que dice: "todos los hijos del rey murieron", porque sólo Amnón ha muerto.
Entre tanto Absalón habÃa huido. Y el joven que estaba de atalaya alzó los ojos y miró, y he aquÃ, mucha gente que venÃa por el camino que estaba a sus espaldas del lado del monte.
Y Jonadab dijo al rey: He aquÃ, son los hijos del rey que vienen; conforme a la palabra de tu siervo, asà ha sucedido.