Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Y al tercer dÃa, he aquÃ, un hombre llegó del campamento de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza, y al llegar ante David, cayó en tierra y se postró.
Dijo David al joven que se lo habÃa contado: ¿Cómo sabes que Saúl y su hijo Jonatán han muerto?
El joven que se lo habÃa contado, dijo: Yo estaba por casualidad en el monte Gilboa, y he aquÃ, Saúl estaba apoyado sobre su lanza. Y he aquà que los carros y los jinetes lo perseguÃan de cerca.
Y se lamentaron y lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, porque habÃan caÃdo a espada.
Oh montes de Gilboa, no haya sobre vosotros rocÃo ni lluvia, ni campos de ofrendas; porque allà fue deshonrado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, no ungido con aceite.
De la sangre de los muertos, de la grosura de los poderosos, el arco de Jonatán no volvÃa atrás, y la espada de Saúl no volvÃa vacÃa.
Saúl y Jonatán, amados y amables en su vida, y en su muerte no fueron separados; más ligeros eran que águilas, más fuertes que leones.
Hijas de Israel, llorad por Saúl, que os vestÃa lujosamente de escarlata, que ponÃa adornos de oro en vuestros vestidos.
¡Cómo han caÃdo los valientes en medio de la batalla! Jonatán, muerto en tus alturas.
Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mÃo; tú me has sido muy estimado. Tu amor fue para mà más maravilloso que el amor de las mujeres.
¡Cómo han caÃdo los valientes, y perecido las armas de guerra!