Entonces Siquem habló a su padre Hamor, diciendo: ConsÃgueme a esta muchacha por mujer.
Y Jacob oyó que Siquem habÃa deshonrado a su hija Dina, pero sus hijos estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó silencio hasta que ellos llegaran.
Y los hijos de Jacob regresaron del campo al oÃrlo. Y aquellos hombres se entristecieron y se irritaron en gran manera porque Siquem habÃa cometido una infamia en Israel acostándose con la hija de Jacob, pues tal cosa no debe hacerse.
Pero Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem anhela a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.
Enlazaos con nosotros en matrimonios; dadnos vuestras hijas y tomad las nuestras para vosotros.
Mas sólo con esta condición consentirán ellos en morar con nosotros para que seamos un solo pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados.
¿No serán nuestros su ganado y sus propiedades y todos sus animales? Consintamos sólo en esto, y morarán con nosotros.
Y escucharon a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salÃan por la puerta de la ciudad, y fue circuncidado todo varón: todos los que salÃan por la puerta de la ciudad.
Pero sucedió que al tercer dÃa, cuando estaban con más dolor, dos hijos de Jacob, Simeón y LevÃ, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada y entraron en la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.
Y mataron a Hamor y a su hijo Siquem a filo de espada, y tomaron a Dina de la casa de Siquem, y salieron.