Al dÃa siguiente, un espÃritu atormentador de parte de Dios abrumó a Saúl, y comenzó a desvariar como un loco en su casa. David tocaba el arpa, tal como lo hacÃa cada dÃa. Pero Saúl tenÃa una lanza en la mano,
y de repente se la arrojó a David, tratando de clavarlo en la pared, pero David lo esquivó dos veces.
Cierto dÃa, Saúl le dijo a David:—Estoy listo para darte a mi hija mayor, Merab, por esposa. Pero antes deberás demostrar que eres un guerrero de verdad al pelear las batallas del Señor.Pues Saúl pensó: «Voy a enviar a David contra los filisteos y dejar que ellos lo maten, en vez de hacerlo yo mismo».
Asà que, cuando llegó el momento para que Saúl le diera su hija Merab en matrimonio a David, Saúl se la dio a Adriel, un hombre de Mehola.
Mientras tanto, Mical, otra hija de Saúl, se habÃa enamorado de David, y cuando Saúl se enteró se puso contento.
«¡Me da otra oportunidad para que los filisteos lo maten!», se dijo Saúl a sà mismo; pero a David le dijo:—Hoy tienes una segunda oportunidad para llegar a ser mi yerno.