Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Besó a Saúl y dijo: «Hago esto porque el Señor te ha designado para que gobiernes a Israel, su posesión más preciada.
Cuando me dejes hoy, verás a dos hombres junto a la tumba de Raquel en Selsa, en los lÃmites del territorio de BenjamÃn. Ellos te dirán que los burros fueron encontrados y que tu padre dejó de preocuparse por ellos, pero que ahora está preocupado por ti. Está preguntando: “¿Han visto a mi hijo?â€.
»Cuando llegues al roble de Tabor, te encontrarás con tres hombres que van camino a Betel para adorar a Dios. Uno llevará tres cabritos, otro tendrá tres panes y el tercero un odre lleno de vino.
Los tres hombres te saludarán y te ofrecerán dos panes, los cuales debes aceptar.
»Cuando llegues a Guibeá de Dios, donde está la guarnición de los filisteos, encontrarás a un grupo de profetas que desciende del lugar de adoración. Estarán tocando un arpa, una pandereta, una flauta y una lira, y estarán profetizando.
En ese momento el EspÃritu del Señor vendrá poderosamente sobre ti y profetizarás con ellos. Serás transformado en una persona diferente.
Además, uno de los que estaban allà dijo: «¿Cualquiera puede convertirse en profeta, sin importar quien sea su padre?». Este es el origen del dicho: «¿Hasta Saúl es profeta?».
Cuando Saúl terminó de profetizar, subió al lugar de adoración.