Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Ahora bien, todos los reyes que estaban al occidente del rÃo Jordán se enteraron de lo que habÃa sucedido. Eran los reyes de los hititas, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos, quienes vivÃan en la zona montañosa, en las colinas occidentales y a lo largo de la costa del mar Mediterráneo hasta las montañas del LÃbano, al norte.
Entonces los israelitas les respondieron a esos heveos:—¿Cómo podemos saber que ustedes no viven cerca? Pues si viven cerca, no podemos hacer ningún tratado de paz con ustedes.
Entonces nuestros ancianos y todo nuestro pueblo nos dieron las siguientes instrucciones: “Lleven provisiones para un largo viaje. Vayan al encuentro del pueblo de Israel y dÃganle: ‘Somos sus siervos; les suplicamos que hagan un tratado con nosotros’â€.
Estos odres estaban nuevos cuando los llenamos, pero ahora están viejos y rotos. Y nuestra ropa y las sandalias que traemos puestas están desgastadas de tan largo viaje.
Entonces los israelitas revisaron el alimento de los gabaonitas pero no consultaron al Señor.
Enseguida salieron a investigar y, en tres dÃas, llegaron a sus ciudades, las cuales se llamaban Gabaón, Cafira, Beerot y Quiriat-jearim.
Sin embargo, como los lÃderes israelitas habÃan hecho un voto en el nombre del Señor, Dios de Israel, no atacaron a ninguna de las ciudades gabaonitas.Entonces el pueblo de Israel se quejó contra sus lÃderes por causa del tratado.
Pero los lÃderes respondieron: «Dado que hicimos un juramento en presencia del Señor, Dios de Israel, no podemos tocarlos.
pero desde ese dÃa, los hizo cortar la leña y llevar el agua para la comunidad de Israel y el altar del Señor, donde fuere que el Señor eligiera construirlo. Y a eso se dedican hasta el dÃa de hoy.