Sin embargo, Israel desobedeció las instrucciones sobre lo que debÃa ser apartado para el Señor. Un hombre llamado Acán habÃa robado algunas de esas cosas consagradas, asà que el Señor estaba muy enojado con los israelitas. Acán era hijo de Carmi, un descendiente de Zimri, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
Asà que enviaron a unos tres mil guerreros, pero fueron completamente derrotados. Los hombres de Hai
persiguieron a los israelitas desde la puerta de la ciudad hasta las canteras y mataron como a treinta y seis que iban en retirada por la ladera. Los israelitas quedaron paralizados de miedo ante esto, y su valentÃa se desvaneció.
»Mañana por la mañana, deberán presentarse por tribus, y el Señor señalará a la tribu del culpable. Esa tribu, con sus clanes, deberá dar un paso al frente, y el Señor señalará al clan culpable. Entonces ese clan dará un paso al frente, y el Señor señalará a la familia culpable. Por último, cada miembro de la familia culpable deberá dar un paso al frente, uno por uno.
El que haya robado de lo que estaba destinado para ser destruido será quemado con fuego, junto con todo lo que tiene, porque ha roto el pacto del Señor y ha hecho algo horrible en Israel.
Entonces los clanes de Judá dieron un paso al frente, y el clan de Zera fue el señalado. Luego las familias de Zera dieron un paso al frente, y la familia de Zimri fue la señalada.
Por último, a cada miembro de la familia de Zimri se le hizo pasar al frente uno por uno, y Acán fue el señalado.
Apilaron un montón de piedras sobre Acán, las cuales siguen allà hasta el dÃa de hoy. Por eso, desde entonces, al lugar se le llama valle de la Desgracia. Asà el Señor dejó de estar enojado.