Pero cuando tus antepasados llegaron al mar Rojo, los egipcios te persiguieron con sus carros de guerra y sus jinetes.
Cuando tus antepasados clamaron al Señor, puse oscuridad entre ti y los egipcios. Hice que el mar cayera sobre los egipcios y los ahogara. Con tus propios ojos viste lo que hice. Luego viviste muchos años en el desierto.
»Cuando cruzaste el rÃo Jordán y llegaste a Jericó, los hombres de Jericó pelearon contra ti, como lo hicieron los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los hititas, los gergeseos, los heveos y los jebuseos. Pero yo te di la victoria sobre ellos.
Yo te di tierra que no habÃas trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste.
»Por lo tanto, teme al Señor y sÃrvelo con todo el corazón. Echa fuera para siempre los Ãdolos que tus antepasados adoraron cuando vivÃan del otro lado del rÃo Éufrates y en Egipto. Sirve sólo al Señor.