Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Nunca le hables con aspereza a un hombre mayor, sino llámale la atención con respeto como lo harÃas con tu propio padre. DirÃgete a los jóvenes como si les hablaras a tus propios hermanos.
Trata a las mujeres mayores como lo harÃas con tu madre y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza.
Atiende a toda viuda que no tenga a nadie quien la cuide.
Pero, si ella tiene hijos o nietos, la primera responsabilidad de ellos es poner en práctica la sumisión a Dios en su hogar y retribuir a sus padres al cuidarlos. Esto es algo que le agrada a Dios.
Debe ser alguien que se haya ganado el respeto de todos por el bien que haya hecho. ¿Crió bien a sus hijos? ¿Fue amable con los extranjeros y sirvió con humildad a otros creyentes? ¿Ha ayudado a los que están en dificultades? ¿Ha estado siempre dispuesta a hacer el bien?
Las viudas más jóvenes no deberÃan estar en la lista, porque sus deseos fÃsicos podrán más que su devoción a Cristo y querrán volver a casarse.
De esa manera, serÃan culpables de romper su promesa anterior.
Asà que yo aconsejo a estas viudas jóvenes que vuelvan a casarse, que tengan hijos y que cuiden de sus propios hogares. Entonces el enemigo no podrá decir nada en contra de ellas.
Pues me temo que algunas ya se han descarriado y ahora siguen a Satanás.
Si una mujer creyente tiene parientes que son viudas, debe cuidar de ellas y no darle a la iglesia la responsabilidad. Entonces, la iglesia podrá atender a las viudas que están realmente solas.
Los ancianos que cumplen bien su función deberÃan ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza.
No escuches ninguna acusación contra un anciano, a menos que haya dos o tres testigos que la confirmen.
Los que están en pecado deberÃan ser reprendidos delante de toda la congregación, lo cual servirá de firme advertencia para los demás.
Te ordeno solemnemente, en presencia de Dios y de Cristo Jesús y de los ángeles altÃsimos, que obedezcas estas instrucciones sin tomar partido ni mostrar favoritismo por nadie.
Nunca te apresures cuando tengas que nombrar a un lÃder de la iglesia. No participes en los pecados de los demás. Mantente puro.
No bebas agua solamente. DeberÃas tomar un poco de vino por el bien de tu estómago, ya que te enfermas muy seguido.