Es en la noche cuando la gente duerme y los bebedores se emborrachan;
pero los que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.
Pues Dios escogió salvarnos por medio de nuestro Señor Jesucristo y no derramar su enojo sobre nosotros.
Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que todo su espÃritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva.
Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel.
Amados hermanos, oren por nosotros.
Saluden a todos los hermanos con amor cristiano.
Les ordeno, en el nombre del Señor, que les lean esta carta a todos los demás hermanos.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes.