Sin embargo, esa liberación solo sirve para tus hermanos israelitas, pero no para los extranjeros que vivan en medio de ti.
»No deberá haber pobres en medio de ti, porque el Señor tu Dios te bendecirá en abundancia en la tierra que te da como preciada posesión.
Recibirás esa bendición si te aseguras de obedecer los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy.
El Señor tu Dios te bendecirá tal como lo prometió. Prestarás dinero a muchas naciones pero nunca tendrás necesidad de pedirles prestado. Tú gobernarás a muchas naciones, pero ellas no te gobernarán a ti.
»Pero si hubiera israelitas pobres en tus ciudades cuando llegues a la tierra que el Señor tu Dios te da, no seas insensible ni tacaño con ellos.
En ese caso, toma un punzón y perfórale el lóbulo de la oreja contra la puerta. Entonces será tu siervo por el resto de su vida. Haz lo mismo con tus siervas.
»Tienes que separar para el Señor tu Dios los primeros machos que nazcan de las crÃas de tus rebaños y manadas. No uses la primera crÃa de tu manada para trabajar el campo ni trasquiles la primera crÃa de tu rebaño.
Sin embargo, si la primera crÃa tiene algún defecto —si es ciego, cojo o con otra anormalidad— no deberás ofrecerla en sacrificio al Señor tu Dios.