Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Ese hecho ocurrió luego de derrotar a Sehón, rey de los amorreos, quien gobernaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, quien gobernaba en Astarot y en Edrei.
«Cuando estábamos en el monte SinaÃ, el Señor nuestro Dios nos dijo: “Ya pasaron bastante tiempo en este monte.
Es hora de levantar el campamento y seguir adelante. Vayan al territorio montañoso de los amorreos y a todas las regiones vecinas: el valle del Jordán, la zona montañosa, las colinas occidentales, el Neguev y la llanura costera. Vayan a la tierra de los cananeos y al LÃbano, y avancen hasta el gran rÃo Éufrates.
¡Miren, les doy toda esta tierra! Entren y tomen posesión de ella, porque es la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados —Abraham, Isaac y Jacob— y a todos los descendientes de ellosâ€Â».
»En aquel tiempo, les di instrucciones a ustedes acerca de todo lo que tenÃan que hacer.
»Entonces, tal como el Señor nuestro Dios nos ordenó, partimos del monte Sinaà y cruzamos el inmenso y terrible desierto, como seguramente ustedes recuerdan, y nos dirigimos hacia el territorio montañoso de los amorreos. Al llegar a Cades-barnea,
les dije: “Han llegado al territorio montañoso de los amorreos, el cual el Señor nuestro Dios nos da.
¡Miren! El Señor ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo el Señor en su promesa, el Dios de sus antepasados. ¡No tengan miedo ni se desanimen!â€.
»Me pareció una buena idea, asà que elegà a doce espÃas, uno de cada tribu.
Se dirigieron hacia la zona montañosa, llegaron hasta el valle de Escol y lo exploraron.
Cortaron algunos frutos y los trajeron; luego nos informaron lo siguiente: “La tierra que el Señor nuestro Dios nos ha dado es en verdad una muy buena tierraâ€.
»Sin embargo, ustedes se rebelaron contra la orden del Señor su Dios y se negaron a entrar.
Se quejaron dentro de sus carpas y dijeron: “Seguro que el Señor nos odia. Por eso nos trajo desde Egipto, para entregarnos en manos de los amorreos para que nos maten.
¿Adónde podemos ir? Nuestros hermanos nos desmoralizaron cuando nos dijeron: ‘Los habitantes de esa tierra son más altos que nosotros y son más fuertes, y las ciudades son grandes, ¡con murallas que llegan hasta el cielo! ¡Hasta vimos gigantes, los descendientes de Anac!’â€.
»Pero yo les dije: “¡No se asusten ni les tengan miedo!
El Señor su Dios va delante de ustedes. Él peleará por ustedes tal como vieron que hizo en Egipto.
quien va delante de ustedes buscando los mejores lugares para que acampen, y guiándolos, de noche con una columna de fuego y de dÃa con una columna de nube.
»Cuando el Señor oyó que se quejaban, se enojó mucho y entonces juró solemnemente:
En cuanto a ustedes, den la vuelta y regresen por el desierto hacia el mar Rojoâ€.
»Luego ustedes confesaron: “¡Hemos pecado contra el Señor! Ahora iremos y pelearemos por la tierra como el Señor nuestro Dios nos lo ordenóâ€. Entonces los hombres tomaron sus armas porque pensaron que serÃa fácil atacar la zona montañosa.
»Pero el Señor me encargó que les dijera: “No ataquen, porque yo no estoy con ustedes. Si insisten en ir solos, serán aplastados por sus enemigosâ€.
»Eso fue lo que les dije, pero ustedes no quisieron escuchar. En cambio, se rebelaron otra vez contra la orden del Señor y marcharon con arrogancia a la zona montañosa para pelear.
Entonces los amorreos que vivÃan allà salieron a atacarlos como un enjambre de abejas. Los persiguieron y los vencieron por todo el camino desde Seir hasta Horma.