Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Lo hice asà para que ustedes no confiaran en la sabidurÃa humana sino en el poder de Dios.
Sin embargo, cuando estoy con creyentes maduros, sà hablo con palabras de sabidurÃa, pero no la clase de sabidurÃa que pertenece a este mundo o a los gobernantes de este mundo, quienes pronto son olvidados.
pero los gobernantes de este mundo no lo entendieron; si lo hubieran hecho, no habrÃan crucificado a nuestro glorioso Señor.
A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún ojo ha visto, ningún oÃdo ha escuchado,    ninguna mente ha imaginado lo que Dios tiene preparado    para quienes lo aman».
Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su EspÃritu. Pues su EspÃritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios.
Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espÃritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio EspÃritu de Dios.
Y nosotros hemos recibido el EspÃritu de Dios (no el espÃritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado.
Les decimos estas cosas sin emplear palabras que provienen de la sabidurÃa humana. En cambio, hablamos con palabras que el EspÃritu nos da, usamos las palabras del EspÃritu para explicar las verdades espirituales;
pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del EspÃritu de Dios. Todo les suena ridÃculo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales pueden entender lo que el EspÃritu quiere decir.
Los que son espirituales pueden evaluar todas las cosas, pero ellos mismos no pueden ser evaluados por otros.