Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser un apóstol de Cristo Jesús, escribo esta carta junto con nuestro hermano Sóstenes.
Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto, a ustedes que han sido llamados por Dios para ser su pueblo santo. Él los hizo santos por medio de Cristo Jesús, tal como lo hizo con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros.
Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.
Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por los dones inmerecidos que les dio ahora que pertenecen a Cristo Jesús.
Amados hermanos, les ruego por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo que vivan en armonÃa los unos con los otros. Que no haya divisiones en la iglesia. Por el contrario, sean todos de un mismo parecer, unidos en pensamiento y propósito.
Algunos de ustedes dicen: «Yo soy seguidor de Pablo». Otros dicen: «Yo sigo a Apolos» o «Yo sigo a Pedro», o «Yo sigo únicamente a Cristo».
¿Acaso Cristo está dividido en facciones? ¿Fui yo, Pablo, crucificado por ustedes? ¿Fue alguno de ustedes bautizado en el nombre de Pablo? ¡Por supuesto que no!
Pues Cristo no me envió a bautizar sino a predicar la Buena Noticia, y no con palabras ingeniosas, por temor a que la cruz de Cristo perdiera su poder.
¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de Dios.
Asà que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabidurÃa de este mundo parezca una ridiculez.
Ya que Dios, en su sabidurÃa, se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabidurÃa humana, usó nuestra predicación «ridÃcula» para salvar a los que creen.
Es ridÃcula para los judÃos, que piden señales del cielo. Y es ridÃcula para los griegos, que buscan la sabidurÃa humana.
Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los judÃos se ofenden y los gentiles dicen que son puras tonterÃas.
Sin embargo, para los que Dios llamó a la salvación, tanto judÃos como gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabidurÃa de Dios.
Ese plan «ridÃculo» de Dios es más sabio que el más sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que la mayor fuerza humana.
Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó.
En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridÃculo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos.
Dios escogió lo despreciado por el mundo —lo que se considera como nada— y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante.
Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios.