Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
Mientras estuvo allÃ, animó a los creyentes en cada pueblo que atravesó. Luego descendió a Grecia,
donde se quedó tres meses. Se preparaba para regresar en barco a Siria cuando descubrió que unos judÃos tramaban una conspiración contra su vida; entonces decidió regresar por Macedonia.
El primer dÃa de la semana, nos reunimos con los creyentes locales para participar de la Cena del Señor. Pablo les estaba predicando y, como iba a viajar el dÃa siguiente, siguió hablando hasta la medianoche.
El cuarto de la planta alta, donde nos reunÃamos, estaba iluminado con muchas lámparas que titilaban.
Como Pablo hablaba y hablaba, a un joven llamado Eutico, que estaba sentado en el borde de la ventana, le dio mucho sueño. Finalmente se quedó profundamente dormido y se cayó desde el tercer piso y murió.
Entonces todos regresaron al cuarto de arriba, participaron de la Cena del Señor y comieron juntos. Pablo siguió hablándoles hasta el amanecer y luego se fue.
Mientras tanto, llevaron al joven a su casa ileso y todos sintieron un gran alivio.
he hecho el trabajo del Señor con humildad y con muchas lágrimas. He soportado las pruebas que me vinieron como consecuencia de las conspiraciones de los judÃos.
He tenido un solo mensaje para los judÃos y los griegos por igual: la necesidad de arrepentirse del pecado, de volver a Dios y de tener fe en nuestro Señor Jesucristo.
solo que el EspÃritu Santo me dice que en ciudad tras ciudad, me esperan cárcel y sufrimiento;
pero mi vida no vale nada para mà a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.
»Entonces cuÃdense a sà mismos y cuiden al pueblo de Dios. Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios —su iglesia, comprada con su propia sangre— sobre quien el EspÃritu Santo los ha designado ancianos.
»Yo nunca he codiciado la plata ni el oro ni la ropa de nadie.
Ustedes saben que mis dos manos han trabajado para satisfacer mis propias necesidades e incluso las necesidades de los que estuvieron conmigo.
Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: “Hay más bendición en dar que en recibirâ€Â».
Cuando Pablo terminó de hablar, se arrodilló y oró con ellos.
Todos lloraban mientras lo abrazaban y le daban besos de despedida.
Estaban tristes principalmente porque les habÃa dicho que nunca más volverÃan a verlo. Luego lo acompañaron hasta el barco.