Likewise the Spirit also helpeth our infirmities: for we know not what we should pray for as we ought: but the Spirit itself maketh intercession for us with groanings which cannot be uttered.
HabÃa un hombre llamado Nicodemo, un lÃder religioso judÃo, de los fariseos.
Una noche, fue a hablar con Jesús:—Rabà —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.
Jesús le respondió:—Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo, no puedes ver el reino de Dios.
Jesús le contestó:—Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no nace de agua y del EspÃritu.
El ser humano solo puede reproducir la vida humana, pero la vida espiritual nace del EspÃritu Santo.
Asà que no te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevoâ€.
El viento sopla hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del EspÃritu.
—¿Cómo es posible todo esto? —preguntó Nicodemo.
Jesús le contestó:—¿Tú eres un respetado maestro judÃo y aún no entiendes estas cosas?
Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes todavÃa se niegan a creer nuestro testimonio.
Ahora bien, si no me creen cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas celestiales?
Nadie jamás fue al cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre bajó del cielo.
Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas.
Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto,
pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere.
El Padre ama a su Hijo y ha puesto todo en sus manos.
Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.