Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento fÃsico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.
Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.
Yo no sabÃa que era el MesÃas, pero cuando Dios me envió a bautizar con agua, me dijo: “Aquel, sobre quien veas que el EspÃritu desciende y reposa, es el que bautizará con el EspÃritu Santoâ€.
Mientras ellos se acercaban, Jesús dijo:—Aquà viene un verdadero hijo de Israel, un hombre totalmente Ãntegro.
—¿Cómo es que me conoces? —le preguntó Natanael.—Pude verte debajo de la higuera antes de que Felipe te encontrara —contestó Jesús.
Entonces Natanael exclamó:—RabÃ, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel!
Jesús le preguntó:—¿Crees eso solo porque te dije que te habÃa visto debajo de la higuera? Verás cosas más grandes que esta.
Y agregó: «Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la tierra».