Cierto dÃa de descanso, mientras Jesús caminaba por unos terrenos sembrados, sus discÃpulos arrancaron unas espigas de grano, las frotaron entre sus manos para sacarles la cáscara y se comieron los granos.
Entonces Jesús agregó: —El Hijo del Hombre es Señor incluso del dÃa de descanso.
Otro dÃa de descanso, un hombre que tenÃa la mano derecha deforme estaba en la sinagoga mientras Jesús enseñaba.
Los maestros de la ley religiosa y los fariseos vigilaban a Jesús de cerca. Si sanaba la mano del hombre, tenÃan pensado acusarlo por trabajar en el dÃa de descanso.
Pero Jesús sabÃa lo que pensaban y le dijo al hombre con la mano deforme: «Ven y ponte de pie frente a todos». Asà que el hombre pasó adelante.
Entonces Jesús les dijo a sus acusadores: «Tengo una pregunta para ustedes: ¿Permite la ley hacer buenas acciones en el dÃa de descanso o es un dÃa para hacer el mal? ¿Es un dÃa para salvar la vida o para destruirla?».
Miró uno por uno a los que lo rodeaban y luego le dijo al hombre: «Extiende la mano». Entonces el hombre la extendió, ¡y la mano quedó restaurada!
Entonces Jesús se volvió hacia sus discÃpulos y les dijo: «Dios los bendice a ustedes, que son pobres,    porque el reino de Dios les pertenece.
Dios los bendice a ustedes, que ahora tienen hambre,    porque serán saciados. Dios los bendice a ustedes, que ahora lloran,    porque a su debido tiempo reirán.
Cuando les suceda eso, pónganse contentos. ¡SÃ, salten de alegrÃa, porque les espera una gran recompensa en el cielo! Y recuerden que los antepasados de ellos trataron a los antiguos profetas de la misma manera.
Deben ser compasivos, asà como su Padre es compasivo.
»No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados.
Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio».
Luego Jesús les dio la siguiente ilustración: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en una zanja?
Los alumnos no son superiores a su maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá como su maestro.
»Un buen árbol no puede producir frutos malos, y un árbol malo no puede producir frutos buenos.
Al árbol se le identifica por su fruto. Los higos no se recogen de los espinos, y las uvas no se cosechan de las zarzas.
Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.
Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida.
Pero el que oye y no obedece es como una persona que construye una casa sin cimientos. Cuando las aguas de la inundación azoten esa casa, se derrumbará en un montón de escombros».