quienes decÃan: «¡El Señor ha resucitado de verdad! Se le apareció a Pedro».
Luego los dos de Emaús les contaron cómo Jesús se les habÃa aparecido mientras iban por el camino y cómo lo habÃan reconocido cuando partió el pan.
Entonces, justo mientras contaban la historia, de pronto Jesús mismo apareció de pie en medio de ellos. «La paz sea con ustedes», les dijo.
Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veÃan un fantasma!
Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».