Paul, an apostle of Jesus Christ by the will of God, and Timothy our brother, unto the church of God which is at Corinth, with all the saints which are in all Achaia:
«Vayan a la aldea que está allà —les dijo—. En cuanto entren, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquÃ.
Jesús estaba en el centro de la procesión, y la gente que lo rodeaba gritaba: «¡Alaben a Dios!    ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!
¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David!    ¡Alaben a Dios en el cielo más alto!».
A la mañana siguiente, cuando salÃan de Betania, Jesús tuvo hambre.
Vio que a cierta distancia habÃa una higuera frondosa, asà que se acercó para ver si encontraba higos; pero solo tenÃa hojas porque aún no habÃa comenzado la temporada de los higos.
Entonces Jesús dijo al árbol: «¡Que nadie jamás vuelva a comer tu fruto!». Y los discÃpulos lo oyeron.
y les prohibió a todos que usaran el templo como un mercado.
Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración para todas las nacionesâ€, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones».
Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús habÃa hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenÃan miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.
Esa tarde Jesús y los discÃpulos salieron de la ciudad.