Have not I commanded thee? Be strong and of a good courage; be not afraid, neither be thou dismayed: for the LORD thy God is with thee whithersoever thou goest.
Es una voz que clama en el desierto: “¡Preparen el camino para la venida del Señor!    ¡Ãbranle camino!â€Â».
Ese mensajero era Juan el Bautista. Estaba en el desierto y predicaba que la gente debÃa ser bautizada para demostrar que se habÃa arrepentido de sus pecados y vuelto a Dios para ser perdonada.
Juan usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero alrededor de la cintura. Se alimentaba con langostas y miel silvestre.
Juan anunciaba: «Pronto viene alguien que es superior a mÃ, tan superior que ni siquiera soy digno de inclinarme como un esclavo y desatarle las correas de sus sandalias.
Jesús y sus compañeros fueron al pueblo de Capernaúm. Cuando llegó el dÃa de descanso, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar.
La gente quedó asombrada de su enseñanza, porque lo hacÃa con verdadera autoridad, algo completamente diferente de lo que hacÃan los maestros de la ley religiosa.
De pronto, un hombre en la sinagoga, que estaba poseÃdo por un espÃritu maligno, comenzó a gritar: